En estos días de alegría y de convivio familiar escuchamos constantemente hablar sobre la tristeza que a muchos embarga, y que ha llegando a ser acuñada como: “Depresión Navideña”.
Para no confundir tristeza con depresión clínica, establezcamos diferencias: la tristeza obedece a un revés en la vida: por no haber cubierto las expectativas, por una discusión familiar, por el recuento de lo que se ha o no, logrado, etcétera, o sea, hay un motivo que lleva a sentirse triste y es llamada también Depresión Reactiva o sea “reactiva” como acepción a reacciónar ante alguna circunstancia que nos confronta con nuestras expectativas y que, afortunadamente, se diluye con el tiempo.
La sensación es variable, pero coincide con melancolía y desesperanza.
Los médicos afirman que las depresiones en sus diversas modalidades corresponden a cambios bioquímicos, a predisposición hereditaria e incluso, como reacción bioquímica a una infección.
La depresión navideña multifactorial ya que es fecha de que se hace un recuento de los logros, es una época de cambios interpersonales, de valoración profesional, muchos individuos tienden a exaltar sus fracasos y se hacen conjeturas negativas sobre los actuares de los demás.
En nuestra propia naturaleza, que es noble, tenemos auxiliares útiles para ir saliendo de esa tristeza profunda: La música y la danza son elementos que auxilian en recuperar la autoestima. El ejercicio es otra forma, ya que debido a que provoca la liberación de endorfinas que provocan sensación de regocijo.
Por otra parte en la depresión reactiva es recomendable continuar con la rutina de vida, a demás de efectuar tareas domesticas, ya que la sensación de entrega al servicio detiene los pensamientos y se evita el constante recuento melancólico que lo que no se logró....o bien: Las artes… y como cocinar es un arte al servicio de los que amamos, así que a embarrar hojas de tamal y a sonreír, que es fecha de abrazos y besos, como todos los días debían de ser.
PROYECTOS POPULARES ALTERNATIVOS A.C.
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